En el mundo de las artes, al igual que en las ciencias, existen áreas, especialidades que cada estudiante puede elegir a su gusto para lo que quiere dedicarse.

Por esta razón, la Facultad de Artes de cualquier universidad ofrece programas específicos para cada una. Como en Medicina.

De esta manera el que quiere estudiar Artes Gráficas, Artes Visuales (pintura, escultura) tendrá un pensum diferente, aunque haya materias comunes. El que entra en Medicina podrá elegir Oftalmología, Odontología, Pediatría, Ortopedia, etc. que, a pesar de tener materias en común, será siempre muy diferente a la Veterinaria.

El que elige estudiar Artes Gráficas e Ilustración va a aprender a dibujar, lo que luego le servirá para ilustrar historietas, anuncios, etiquetas, portadas de libros, de disco, arte publicitario, periódicos, revistas… Conocerá las leyes del equilibrio visual de la diagramación, diferentes fuentes o tipos de letras, sus usos en los diferentes medios. Al afiche tradicional se le agregó la valla que por ser vista desde un automóvil en marcha no puede contener múltiples detalles mas que los esenciales para que sirva como comunicador. Pero el mundo gráfico tiene sus submundos porque no es lo mismo hacer un dibujo estático para una revista que un dibujo animado para la televisión. Hoy el dibujo en 3d es otra cosa.

Todo esto pareciera muy obvio, pero no lo es porque hoy día, con el cuento del “arte contemporáneo” y/o “arte conceptual”, se viene haciendo una mezcla que confunde y distorsiona. Se quiere hacer pasar cuestiones de teatro como si fuera una obra de arte visual en las llamadas performances. Se quiere convertir lo que siempre ha sido del área de la decoración, lo que ahora se llama instalación y experimentos cortos con la cámara, que no dicen nada, como arte del video lo que se traduce en una falta de formación cinematográfica y una usurpación.

Cuando los artistas criticaban a los museos por ser muy selectivos y rigurosos, quisieron quemarlos hasta que a las casas de subasta se les ocurrió usarlos para validar las basuras. Y es fácil saber qué es arte y que no lo es. Una rama de árbol que se coloque en un museo es “arte” porque los “críticos” lo dicen, pero si sacas esa rama y la llevas al parque deja de ser arte. Un Velázquez es arte esté dentro o fuera de cualquier museo. Con este razonamiento ya no te pueden engañar.

Todo se inició cuando un publicista quiso convertir los anuncios y etiquetas en obras de artes y cuando declaró que “everything is art”, automáticamente lo es sin necesidad de crear nada o romperse la cabeza pensando para ello. Warhol retomó la vieja idea de Marcel Duchamp. Logró, a base de una manipulación que implicaba mucho dinero y sexo, imponer el Arte Pop que es un paréntesis en la historia del Arte, un eslabón perdido sin haberse perdido. Milton Glaser, que no necesitaba de la factoría de artefactos de Warhol y menos entrar en discusiones filosóficas elaboró un afiche genial como él mismo. Al enunciado de “everything is art” Glaser respondió con un “everythink is art” un rejuego de palabras que te dice que no cualquier pendejá es arte, que se necesita estudio y pensamiento…inteligencia.

La ilustración es una rama de las Artes Visuales y en ella se han destacado muchísimos artistas tan famosos como cualquier pintor, escultor, actor de cine o teatro; pero en su área. No quiere decir que un actor no se convierta o trabaje en pintura. Lo que no puede ocurrir, por lógica de Dochele, es que una obra de teatro se presente como si fuera un cuadro de pintura, que una cosa es teatro y otra es pintura.

En el campo de la ilustración hemos hablado de Milton Glaser, famoso, original, creativo, super reconocido por sus obras de la misma manera que se conoció a Joseph Christian Leyendecker y a Norman Rockwell quienes ilustraron las portadas del Saturday Evening Post por muchos años y son reconocidos por sus famas de ilustradores. Pero Norman Rockwell trabajó en pintura e hizo trabajos que hoy son parte de la colección de la pintura americana junto a Andrew Wyeth, Edward Hopper, Alex Katz y muchos más. En ambos campos, tanto en la ilustración como en la pintura, tuvo Rockwell talento para realizar la obra que dejó.

Leroy Nieman, como Rockwell, trabajó para varias revistas como la famosa Playboy, haciendo ilustraciones de deportistas a partir de fotografías conocidas para crear propuestas plásticas que lo hicieron famoso.

Walt Disney que se destacó en el dibujo de animación creó el famoso Mickey Mouse, que luego siguió siendo dibujado por un ejército de dibujantes porque para cada segundo de película se necesitaban 24 imágenes, antes de que apareciera el mundo digital. Todas sus creaciones pertenecen al mundo de la ilustración. De la revista MAD saltaron a la fama, como ilustradores, Jack Davis, Mort Drucker, Aragonés y muchos otros. De los comics son famosísimos como ilustradores Joe Shuster de Supermán (Clark Joseph Kent) y Bob Kane de Batman, Chic Young de Blondie o Lorenzo y Pepita, Dave Grave (desde 1932) y Vincent Trout Hamlint (desde el 1971) para Trucutú, Bud Fisher de Benitín y Eneas, Hugo Pratt de Corto Maltés, Milo Manara de aventuras eróticas. Tarzán hizo famosos a varios ilustradores empezando por Burne Hogarth, Harold Foster, Russ Manning y Joe Kubert. En América latina se conoce a Alberto Breccia como un excelente ilustrador argentino, Nine, Oski, Quino, Mordillo. Los franceses se destacaron por incluir datos históricos a sus historietas, Lucky Luke, Asterix, etc.

En México la ilustración ha sido un elemento importante en la comunicación de masas. Desde muñequitos, revistas y novelas de 250 y 300 páginas crearon una maquinaria de magníficos dibujantes.
Data de 1936 los primeros “Supersabios” de German Butze. Angel Mora se hizo famoso con Chanoc al igual que José Suarez con Alma Grande. Rius creó su propia editorial y publicó Los Agachados y una enorme cantidad de cuadernos educativos para principiantes que elevaron el nivel cultural en todo el continente.

El fraude del arte POP consistió en tomar, en apropiarse, en robar, a estos ilustradores sus creaciones por falta de talento. Las viñetas de los ilustradores Russ Heath, George Tuska y Joe Kubert aparecieron en los museos gracias a la maniobra de los “artistas” Pop. Roy Lichtenstein encontró una mina lo que fue legalizada por los contactos de Warhol y su mundo de la “crítica” con los millones de las firmas comerciales que Andy convirtió en “obras”.

En las agencias publicitarias trabajaban artistas de gran talento, aquellos que estudiaron y que se rompían la cabeza para sacarle sus creaciones, logos, anuncios, etiquetas, etc. y muchos fueron víctimas del robo de Warhol.

James Harvey, que había diseñado la caja de BRILLO, se sorprendió al verla agigantada como “obra de arte” y firmada por Andy Warhol. Ante el reclamo del artista, Warhol le presentó un cheque en blanco y ahí se terminó el reclamo. Con la etiqueta de Sopa no tuvo ese problema porque había sido diseñada casi un siglo atrás y los dueños de la compañía le daban el visto bueno. A su paso por las publicitarias, Andy Warhol no dejó una mínima huella que pudiera demostrar un chin de talento artístico. Su gran genialidad, su enorme talento fue hacerse rico con el talento de otros, crear una corriente a base de billetes que rompiera el hilo de la historia del arte, corromper a la “intelectualidad” del mundo del arte para que legitimaran las copias que hacían sus esclavos sexuales, sus basuras, como obra de arte. Hasta el logo de los Rolling Stones se lo apuñalió.

El daño era fácil de hacer puesto que la sociedad donde ocurrió el fenómeno, hace tiempo que no le importa el arte cegada por el consumismo y sumergida en una absurda guerra sicológica contra otra potencia. No fue difícil para los “críticos”, a sueldo de Warhol, legalizar su pobre e insignificante “obra”. Lo penoso es que artistas con talento y hasta con una obra, cosa que Warhol no tiene, hayan caído en el engaño. ¿Por la envidia y el deseo de querer ser famoso y rico de un día al otro? A pesar de Warhol, la ilustración no será un arte menor, pero siempre pertenecerá al mundo de la gráfica.

Milton Glaser es el mejor ejemplo del talento de un artista ilustrador. Pensar en Glaser es pensar en un creador, en un artista con un lenguaje reconocible que no necesitó de copiar, de robarle el trabajo a otro artista.

Tan famoso como Glaser lo fue David Levine que ilustró por años el New York Times Review. Jeff McNelly no necesitó de ofrecerle servicios sexuales a la dirección del periódico The Chicago Tribune. Su talento le dio fama, dinero, satisfacción y varios premios Pulitzer como periodista del año (sí, porque en los países civilizados el caricaturista tiene una opinión gráfica y es considerado como un periodista).

Cuando no se tiene nada que decir, por falta de talento y estudios, los enganchaos a artistas copian. El verdadero artista crea y siempre creará, porque la creación es infinita.

De Glaser queda como obra maestra en el imaginario universal, su logo para New York en un momento en que la violencia arropaba la ciudad.

IY N.Y. se internacionalizó y aparecieron los copiones con IY París,
IY Washington, IY Guachupita… Contribuyó Glaser con el diseño de la carátula de disco al auge del novato Bob Dylan en una silueta de perfil con el pelo sicodélico. Esta solución gráfica les sirvió a muchos artistas de esa época alucinante de marihuana y rock en los 60, auge del movimiento hippy.

El mundo de la ilustración ha contado con miles de artistas sobresalientes con talento y una obra. Joseph Christian Leyendecker, antes que Norman Rockwell, Alfons Mucha, Anita Kunz, Bob Kane, Audrey Beardsley, Gustave Doré, Georges Doux, Mark Ryden, Ray Caesar, George Grosz, Pierre Alechinsky, Josep Renau, Moebius, Morris, Jordi Bernet (de Torpedo) y tantos otros.

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