No hay vuelta atrás. El mundo es como es y el Arte no hace más que reflejarlo. Desde Leonardo Da Vinci cada artista, los más jodones, quisieron teorizar moraléjicamente y lo hicieron. La fórmula o la verdad de cada quien quiso ser paradigma que generalizara.

Cuando Marcus Vitruvius Pollio teorizó en sus diez tomos de arquitectura, fue interpretado y adaptado a las proporciones del cuerpo humano por Da Vinci y tomado como libro de texto en las academias de arte durante siglos hasta hoy.

En la época en que la pintura dio un giro y desconoció el arte clásico y académico, rechazó un terminado en la obra que competía con la imagen fotográfica. Monet descargó toda su impotencia de lograr un trabajo como lo hacía Ingres “y los dejaba así” sin terminar, como un boceto de Delacroix. Con el apoyo de George Clemenceau como mecenas, terminó su mejor propuesta que se expone en un museo exclusivo para él: L’Orangerie.

Su teoría, que era aplicada a él, quiso extenderla a la generalidad, desconociendo el resto y el pasado, como Vasili Kandinski, como André Bretón y sus surrealistas que al final lo dejaron solo. Les ocurre a todos, incluyendo a los más recientes con su “arte conceptual” para manipular a iniciados. Siempre aparece un manual.

Para entender a Cattelan hay que conocer la evolución de la Historia del Arte y de las sociedades. El valor estético de una obra cambió cuando la Revolución Industrial y Adam Smith le pusieron precio a todo, hasta al mismo ser humano. La esclavitud tomó otra forma “legal”.

Todo lo que se inventó no sirvió para el bien de la humanidad sino para el bien de los poderosos comerciantes que le pusieron 300 kilómetros de velocidad al automóvil para convertirlo, más que en un medio de transporte seguro, en un ataúd con ruedas. El beneficio tiene un costo altísimo.

Y así la velocidad se le impregnó a todo, y claro está, al Arte. De cinco meses que necesitaba Velásquez para realizar una obra pasamos a cinco obras por día de la que solo se admirará un detallito: la firma.

Cattelan que se formó en una escuela de prestigio de Italia luego de estudiar a los grandes maestros y los cursos obligatorios, empezó a crear una propuesta artística adaptada a su tiempo. Es así como combina elementos diversos para hacer su obra. Él es testigo de la rapidez de Warhol, con un talento de publicista que combinó con otro de marketing para reflejar la realidad de su momento, es decir, convertir los símbolos del consumismo en obra de arte (sopa Campbells, Coca-Cola, Brillo…). Total la gente se interesaba más por el supermercado que por los museos. Basquiat, su alumno preparó en una semana una exposición de obras de gran formato y, muy inteligentemente, entendió que no tenía que preocuparse por temas complicados y figuras imposibles para vender todo y, eso sí, la firma tenía que quedar clara, mas la muela de Warhol que ya tenía su clan a donde lo metió de cabeza con to y greña.

Muchos artistas y ciudadanos interesados en el arte se quedaron asombrados sin entender y pensaron que había que seguir esa línea de moda, de vanguardia, y así se multiplicaron miles y miles de artistas buscando el vellocino de oro: agarrar una tela y con la mayor economía de trazos, hacer arte o tomar un objeto cualquiera y clavarlo a la pared. Y muchos lo lograron, aquellos que entendieron la fórmula de Andy: crear la MAQUINARIA. Cattelan no empezó a preocuparse por la creación. Él armó la maquinaria presta a “comprar” por 120 mil dólares la “banana con tape”.

El arte contemporáneo, no puede entrar en discusión, existe y tiene mucho valor, ¿quién lo duda? Pero cuidado, que la cosa no es fácil, hay que poseer un ingenio del coño para la creatividad. Si no me creen, que invente un artista cualquiera y realice “la yuca con tape”, “el aguacate con tape”, “el none con tape”, “la guanábana con tape”, a ver si alguien le va a dar mas que lo que vale una de esas frutas, digo esas obras, en el Hospedaje de Santiago, o en el Mercado de la Duarte. Desde que Abil Peralta la vea, le va a decir, “no compadre, eso es un plagio a Cattelan”. Va a ocurrir lo mismo que cuando se construyeron obras “a lo Picasso”, “a lo Lam”, “a lo Botero”, “a lo Yoryi”…

Entonces se puede argumentar que tanto Picasso, como el propio Botero, han hecho “remake” de Velásquez u otro clásico, o que Van Gogh hizo “remake” de Millet, etc. todas estas nuevas obras siguen llevando el detallito de la esquinita del cuadro.

Jeff Koons es otro ejemplo de un gran artista que aparte de tener su maquinaria, posee un equipo que se lo hace todo, menos acostarse con la Cicciolina, que eso le toca a él personalmente. Gabriel Orozco ha tenido el mismo éxito porque además heredó el apellido del abuelo Clemente.

Inodoro de oro.

La historia de la humanidad es la historia del desarrollo del pensamiento. Todo lo que hay en el planeta que no sea natural, ha sido creado por la mano del ser humano a partir de su pensamiento, puentes, edificios, carreteras, máquinas etc. La acumulación crítica en el hilo de la ciencia hace que se forme una cadena que avanza. Sin el telégrafo o el teléfono de Bell o de Antonio Meucci no existiría hoy internet. En la medicina se dormía al paciente con cloroformo antes de llegar a la anestesia. El avión sufrió una metamorfosis hasta llegar al cohete. A Galileo y a Copérnico casi lo queman por sus conocimientos de Astronomía porque también existen los opuestos.

En toda la evolución del saber humano, Ingeniería, Física, Química, Arquitectura, etc. estuvo presente la “acumulación del pensamiento crítico” pero en ello solo intervienen los que saben de eso, los que estudian el pasado y agregan otros descubrimientos.

El Arte no responde de la misma manera porque simplemente intervienen otros elementos ajenos al arte: el ciudadano común sin estudio y el comercio. “Todos somos artistas” aunque no todos médicos.
En la historia del desarrollo social no intervienen, como en la ciencia, los que estudian Sociología ni Política, intervienen grupos de intereses que, con razón o sin ella, imponen sus leyes. El arte, con todo, sigue siendo la actividad del ser humano mas libre, se crean miles de variantes, “válidas o no” que tendrán una aceptación mayor si se crea “la maquinaria”.

Cuando la mexicana Avelina Lesper enfrenta y descalifica el Arte Contemporáneo no está tomando en cuenta la fuerza e importancia de la comunicación de hoy, del carácter capitalista dominante donde ha surgido esta modalidad del arte que se deriva de la máxima de Ali Babá: “quien tiene el oro, hace la Ley”. Si como artista no estas en la colección del poderoso Don Din, “no eres un artista importante” y tus obras son baratas. Si la maquinaria no te eligió para la colección del Museo In, quedas out. Solo que hoy te puedes enganchar en las redes sin el permiso o la aprobación de nadie.

Banana con tape.

Se puede pintar con dos objetivos: por el simple placer de crear o para fabricar objetos vendibles. En el primer caso solo interviene la medalaganería del pintor, sus ideas, caprichos, creatividad, vainas… su libertad. En el segundo caso hay que armar un estudio de marketing para saber qué le gusta a la gente, qué se vende más fácilmente o simplemente crear en las altas esferas los contactos y relaciones necesarias para que el arte les sirva como compensación de pagos de impuestos.

En religión, el desarrollo es igual que en lo social porque el conocimiento acumulativo no está al alcance de la gente común lo que deriva en una fácil manipulación del pensamiento humano y nos quedemos anclado en la época de la Inquisición.

Maurizio Cattelan es pues un gran artista, haga caballos como avestruces, inodoros de oro, burros y esqueletos o pegue con tape “colillas de cigarrillo” o guineos que en tres días se pudren. ¿Acaso Christo no envolvió y amarró guineos, maquinillas del mercado de pulga, jarrones de cerámica comprados a medio peso para convertirlos en “grandes obras” del arte de nuestros días? Pregúntenselo a Duchamp.

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