El calendario duró casi dos siglos hasta que llegó la Revolución Francesa y arrasó con la monarquía y se llevó de paro a la Iglesia que tenía tanto o más poder

Desde la ventana de la cocina, un vidrio doble de 50 x 80 pulgadas, y que daba al Este, se divisaba muy bien el perfil de las lomas, detrás de las cuales coincide la ruta que parte en dos la isla d’Orleans. Sobre esta ventana coloqué una cartulina añadida para cubrirla de extremo a extremo y así poder dibujar aquella loma de donde salía el Sol cada mañana. Por el punto de la salida hacía una marca y le escribía la fecha y la hora hasta que el Sol llegaba al punto final el 21 de diciembre cuando los días eran más cortos y se acumulaban 365. Estoy convencido de que ese fue el método que usaron los egipcios para inventar el calendario de 365 días, calendario solar.

Desde mi juventud me quedó dando vuelta la palabra BRUMARIO, que más parecía un elemento de la Tabla Periódica de Química que Leovigildo Rey nos explicó en el liceo y el “Piño” Portela amplió, ampliamente, en la PUCMM.

“El 18 de brumario de Charles Louis Bonaparte” era el título de un libro de Marx sobre el autogolpe del nieto de Napoleone Buonaparte, conocido como Napoleon III, y que fue escrito entre 1851 y 1852, un siglo exacto antes de yo nacer.

Al parecer, ese acontecimiento fue muy importante porque además de Marx, Victor Hugo escribió otro titulado “Napoleon le Petit” y Proudhom, a su vez, “Coup d’Etat”.

Ese 18 de brumario se refería a la fecha del acontecimiento, pero del Calendario Republicano que tuvo vigencia en Francia de 1792 a 1806 y que corresponde al 9 de noviembre de 1799.

El “mundo” se rigió por el calendario egipcio hasta donde pudo influir esa cultura durante miles de años… vaya uno saber.

Napoleón se retira de Moscu, por Adolph Northen.

El Imperio Romano lo cambió por el de Augusto que a su vez fue modificado por Julio César. El Calendario Juliano databa del año 46 a.C. hasta que el gran poder de la Iglesia y con Gregorio XIII como papa, elaboró, en 1582, el Calendario Gregoriano con un santo cada día y fiestas religiosas obligatorias, como el día del nacimiento de Jesús, y que sigue vigente hoy día. Este calendario duró casi dos siglos hasta que llegó la Revolución Francesa y arrasó con la monarquía y se llevó de paro a la Iglesia que tenía tanto o más poder.

Guillotinados los monarcas y declarado el Estado Laico, se vio la necesidad de hacer un calendario más acorde con el clima y la naturaleza y pa’ llevarles la contraria a los papas.

La tarea se le dio a un tal Gilbert Rome quien, con la ayuda de los astrónomos Joseph Jerôme de Lalane, Jean Baptiste Joseph Delambre, Pierre Simeon Laplace y el poeta Fabre d’Églantine, cambiaron todo.
D’Églantine les puso nombre a los meses y los días, sin repetir ninguno.

Para los meses eligió los nombres de acuerdo con el clima prevaleciente al que le correspondía:
Otoño (terminación -ario, -aire):

VENDIMIARIO (Vendémiaire, del latín vindemia, ‘vendimia’), a partir del 22, 23 o 24 de septiembre.
BRUMARIO (Brumaire, del francés brume, ‘bruma’), a partir del 22, 23 o 24 de octubre.
FRIMARIO (Frimaire, del francés frimas, ‘escarcha’), a partir del 21, 22 o 23 de noviembre.
Invierno (terminación -oso, -ôse):
NIVOSO (Nivôse, del latín nivosus, ‘nevado’), a partir del 21, 22 o 23 de diciembre.
PLUVIOSO (Pluviôse, del latín pluviosus, ‘lluvioso’), a partir del 20, 21 o 22 de enero.
VENTOSO (Ventôse, del latín ventosus, ‘ventoso’), a partir del 19, 20 o 21 de febrero.
Primavera (terminación -al):
GERMINAL (del latín germen, ‘semilla’), a partir del 20 o 21 de marzo.
FLOREAL (Floréal, del latín flos, ‘flor’), a partir del 20 o 21 de abril.
PRADIAL (Prairial, del francés prairie, ‘pradera’), a partir del 20 o 21 de mayo.
Verano (terminación -idor):
MESIDOR (Messidor, del latín messis, ‘cosecha’), a partir del 19 o 20 de junio.
TERMIDOR (Thermidor, del griego thermos, ‘calor’), a partir del 19 o 20 de julio.
FRUCTIDOR (del latín fructus, ‘fruta’), a partir del 18 o 19 de agosto.
Para los días se hizo un listado de frutas, flores, animales, etc. Que nadie se aprendió y que iba del día 1 al 30. Tomemos el mes BRUMARIO, por ejemplo, que abarcaba el correspondiente 22 de octubre al 20 de noviembre:

Germinal, Brumaire y Romme.

1.Pomme (manzana)
2.Céleri (apio)
3.Poire (pera)
4.Betterave (remolacha)
5.Oie (oca)
6.Héliotrope (heliótropo)
7.Figue (higo)
8.Scorsonère (escorzonera)
9.Alisier (mostajo)
10.Charrue (arado)
11.Salsifis (salsifí)
12.Macre (castaña de agua)
13.Topinambour (tupinambo)
14.Endive (endibia)
15.Dindon (guajolote, pavo)
16.Chervis (escaravía)
17.Cresson (berro)…

Napoleone, como don Corleone, cuando se autoproclamó monarca y se reconcilió con la Iglesia, eliminó, en 1806, el famoso calendario revolucionario y, presionado por los religiosos, se instauró de nuevo el gregoriano, que ahora venía hasta con cantos de coro.

La otra obra de la literatura que nos trae a la memoria aquel calendario efímero es “Germinal” de Emile Zola, sobre una huelga de mineros y que fue escrito en 1885.

La Revolución Francesa fue un gran paso en la historia de la humanidad la que no siempre avanza en línea recta y se da sus pasitos hacia atrás como ocurrió en el Chile de Allende y aquí con el golpe de Estado a Bosch y la vuelta del trujillismo con Balaguer al frente.

La Revolución Francesa quitó los privilegios ilegítimos e inmerecidos a dinastías completas de reyes inútiles para dar paso a las leyes, los derechos humanos… base de la futura democracia que todavía cojea más que “la mujer de Antonio, cuando viene de la plaza…”

La misma Revolución es el origen de la abolición de la esclavitud y la inspiración para que toda América se liberara de Europa, esa misma dirigida por Napoleone en su afán de joder media humanidad.

Lo que no se entiende es cómo, la Francia de hoy, esté tan atrasada políticamente, hasta tal punto de suplir recursos y armas a Ucrania, un país que pretendió ser trampolín para la guerra levantando la ideología nazi para que al vecino se lo llevara quien lo trajo… en vez de luchar por la paz, algo que ya está en los calendarios ruso y chino.

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