Con regularidad, entre mis conocidos suele decirse que, si hay hospitales de por medio, la experiencia, siempre puede ser peor. Kelvin lo confirmó la semana pasada.

Tras varios días buscando cama en algún centro médico para que le atiendan una fractura, finalmente encontró una clínica donde le realizarían la cirugía requerida. El obstáculo ahora fue conseguir la sangre necesaria para la transfusión.

Luego de los típicos mensajes en grupos para pedir sangre, varias personas ciegas acudieron a la Cruz Roja Dominicana como donantes. Tras mucho discutir y hablar con el personal de esta institución, se vieron obligadas a comprar directamente las pintas de sangre que necesitaban, porque fueron informadas de que, en este país, la Cruz Roja no acepta donaciones de personas con discapacidad.

En un país en el que existe una cultura baja de donación, donde hay todo tipo de mitos en torno al tema, indigna que esta institución promueva actitudes de esta naturaleza. Para darles el beneficio de la duda, me di a la tarea de buscar los criterios de Cruz Roja Internacional para considerar a un donante como válido.

En ninguna de las condiciones especificadas por la organización ni por otros organismos de salud aparece la discapacidad como criterio. Se indica que la persona debe tener la presión bajo control, que los diabéticos deben haberse chequeado la glicemia antes de donar o que el donante debe haber evitado actividades sexuales de alto riesgo por los últimos 12 meses.

Sólo se cita la discapacidad intelectual, que especifica que debe verificarse que la persona efectivamente esté dando su consentimiento a la donación. Es decir, no sólo es que no puede donar, sino que la Cruz Roja debe respetar la autonomía de los donantes.

Dicho esto, la actitud que tuvo Cruz Roja Dominicana fue absurda y contraria a sus propias políticas. Todas las personas de este país, en algún momento hemos necesitado y necesitaremos algún servicio de esta institución.

En consecuencia, es apropiado preguntarse de qué modo la organización está ofreciendo servicios. A la vez, queda la pregunta sobre lo que se comprende en la Cruz Roja Dominicana sobre sus principios.

Entre el equipo voluntario de la Cruz Roja existe un concepto que articula y valida toda la labor de la entidad. Se conoce en nuestro país como “Principio Cruzrojista” y tiene que ver con los valores y filosofía de cada persona en la institución.

En dos de sus principios a nivel global figura: todas las personas tienen los mismos derechos y deberes de colaborar, y la Cruz Roja debe ser accesible a todas las personas.

Tengo muy claro que la situación por la que atravesaron Kelvin y su familia la semana pasada se debió más a desconocimiento que a una intención expresa de discriminar. Sin embargo, resulta necesario que:
Primero, la organización revise sus políticas internas. Y esto incluye validar sus protocolos de cara al organismo a nivel internacional.

Segundo, es oportuno que Cruz Roja Dominicana acceda a capacitaciones sobre cómo brindar servicios a toda la población, tenga o no una discapacidad.

Tercero, conviene que la organización se haga acompañar por organizaciones que le brinden soporte en la actualización de sus protocolos de atención. Esto es relevante, porque, si en casos como las donaciones existen actitudes violatorias de derechos humanos, nada indica que, ante una situación de emergencia, sus rescatistas no actuarán del mismo modo.

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