Dentro de dos días celebraremos el tercer congreso internacional de accesibilidad Urbana, en el marco del Día Internacional de Bastón Blanco. En esta ocasión hablaremos sobre el impacto de la transición energética en la autonomía de las ciudades. Y a modo de abreboca, conviene que manejemos los mismos puntos de partida para la reflexión.

Lo primero a considerar es que, cuando hablamos de transición energética, nos referimos al cambio de modelos de energía basada en combustibles fósiles, como hidrocarburos, a energía limpia como la eólica y la solar. Aquí ha surgido la pregunta ¿y esto qué tiene que ver con los objetivos de Fundación Francina o de la campaña Bastón Blanco?

La respuesta corta pasa por plantear que, en la medida que la ciudad es más sostenible, incluso sus modelos de energía, se incrementan las posibilidades de autonomía para todas las personas. Esto pasa por una mejora en la percepción de seguridad ciudadana, al utilizar un alumbrado de menor consumo, tal como sucedió en la ciudad de Buenos Aires, de acuerdo con un caso mostrado por Ariel Yepes en el blog del BID.

A esto se le agrega el hecho de que el sector energético tiene un efecto tractor en el ámbito social, económico y productivo de la ciudad. Y si se considera que como país los retos climáticos son cada vez más tangibles y generadores de pobreza y exclusión de poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, significa que estamos ante una necesidad inmediata de identificar soluciones.

Durante los últimos 40 años, la cuestión de la electricidad jugó un papel protagónico en las vidas de todas las personas. Pero ese rol estuvo centrado en la generación y el suministro estable. En ese sentido, hemos avanzado bastante, si comparamos con la década del 2000 o del 2010, pero seguimos teniendo grandes retos, ahora agravados por los retos de sostenibilidad.

Veamos algunos datos para hacernos un cuadro:

Primero. Hace un mes, el Gobierno dominicano informó que la demanda eléctrica había registrado un crecimiento del 10.26 por ciento en comparación con septiembre de 2022. Desde el Ministerio de Energía y Minas señalaron que la causa de este crecimiento en la demanda era el desarrollo social y económico del país.

A esa causa, también podemos sumar la demanda eléctrica generada por los incrementos en las temperaturas, una causa más acorde con la cantidad de apagones que hubo entre mayo y julio. También entre esos meses hubo un crecimiento de cinco por ciento mensual en la demanda, lo que generó cortes eléctricos en distintas partes del país.

Segundo. En la República Dominicana tenemos cada vez más proyectos basados en energía limpia. Los datos oficiales aseguran que en los últimos tres años se han suscrito 34 acuerdos de energía renovable, de los que 11 están integrados de forma comercial. Y esto se vincula a incentivos fiscales, a modelos de licitaciones ya probados en otros países de la región y a que cada vez son mayores las oportunidades de acceso a financiamiento verde para este y otros proyectos.

Tercero. Las ciudades ocupan poco más del tres por ciento de la superficie del planeta, sin embargo, demandan entre el 60 y el 80 por ciento de la energía que se consume y representan el 75 por ciento de las emisiones. Y en lo relativo a la República Dominicana, los datos del X Censo Nacional de Población y Vivienda indican que hay 10,760,028 habitantes, de los cuales, el 35 por ciento vive en la región Ozama.

En esta región se encuentra la provincia Santo Domingo, que fue la ciudad con mayor crecimiento poblacional entre 2010 y 2022, hasta alcanzar los 2,769,589 habitantes. Un dato más por considerar es que la densidad poblacional, es decir la cantidad de habitantes por kilómetro cuadrado, prácticamente se duplicó entre un censo y otro, llegó a los 223 habitantes por kilómetro cuadrado.

Tanto el crecimiento en la cantidad de habitantes como la densidad poblacional representan un desafío para las decisiones en términos de políticas públicas. Hablamos de que las ciudades seguirán creciendo, la demanda energética será cada vez mayor, primero a causa del aumento en la dependencia de nuevas tecnologías, segundo, debido al incremento en las temperaturas y tercero, en función de la creciente capacidad productiva del país.

EN el congreso de este 12 de octubre, abordaremos varios enfoques del impacto de la transición energética. A la vez, echaremos un vistazo a los retos de innovación que tenemos en las ciudades. Las reflexiones estarán a cargo de Milton Morrison, Ángel Salazar, Michela Izzo, (PNUD), Amelia Dechamps y Carlo Ratti. El resultado, con toda certeza, será una visión de la energía centrada en las personas y su capacidad para asumir las ciudades de forma autónoma.

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