Como he dicho anteriormente en esta misma columna, tengo muy claro el pensamiento político del señor Miguel Guerrero. Es un hombre de derecha y creo que al hacer esta aseveración él no se siente ofendido, muy por el contrario, sé que se siente halagado.

Soy respetuoso de los demás y de su forma de pensar, sea en el plano político, ideológico o religioso. No cultivo amistades sobre la base de estas coincidencias, sino con base en las cualidades éticas y morales, sin importar el estatus social y económico; de hecho, tengo grandes amigos que no piensan política e ideológicamente igual que yo, que tienen orígenes social y económico distintos al mío y no dejo de profesarles mi amistad, respeto y hasta cariño en muchos casos.

Me sorprende del señor Miguel Guerrero el simplismo con que enfoca la situación de Venezuela, Cuba y Nicaragua, porque siempre he creído que él tiene una base intelectual que, aunque al servicio del gran capital y de las naciones injerencistas que no aceptan la autodeterminación de los pueblos, para las que constituye un delito ser libre y soberano, quiera obviar la actitud del imperialismo norteamericano que desarrolla una política de terrorismo económico contra estas naciones libres y soberanas.

Si hoy hay desabastecimiento en Venezuela, Cuba y Nicaragua, es como resultado de esa política estadounidense de terrorismo económico.

¿Cuántos atentados tuvo que librar el extinto presidente de Cuba, comandante Fidel Castro Ruz.? La semana pasada, específicamente el día 4 se cumplieron cinco años del intento de magnicidio contra el presidente de Venezuela Nicolás Maduro Moros.

¿Cuántos intentos de asesinato ha habido contra el comandante Daniel Ortega de Nicaragua.?, este hombre que llega al poder por la Revolución Popular Sandinista ajusticiando al dictador Anastasio Somoza, entrega al poder democráticamente a doña Violeta Chamorro por la vía electoral y 16 años después retorna al poder por la misma vía electoral.

No he visto del señor Miguel Guerrero condenar el asalto al Capitolio en la ciudad de Washington, perpetrado el 6 de enero de 2021 por parte de un grupo de partidarios de Donald Trump negándose a aceptar su derrota del demócrata Joe Biden. Si él es tan abanderado del respeto a la voluntad popular ha debido pronunciarse contra un hecho tan bochornoso y sin precedentes en esa nación.

En mi último artículo en esta columna “Miguel Guerrero y su abogado de oficio”, mostré estadísticas de los efectos del bloqueo económico y comercial de los Estados Unidos contra Venezuela; de igual manera, estadísticas sobre los beneficios que ha obtenido la República Dominicana del programa Petro Caribe bajo los gobiernos del extinto presidente Hugo Chávez y el actual presidente Nicolás Maduro.

La respuesta con que reacciona el señor Miguel Guerrero carece de conceptualización; aún desde su pensamiento de derecha, es una respuesta maniqueísta, panfletaria, fanática y simplista. Decir que la izquierda dominicana, de izquierda solo tiene la mano zurda, es una tragicomedia. Yo tengo muy claro que su pensamiento es de derecha, y también queda muy claro que sus extremidades superiores e inferiores son igualmente de derecha. Calificar el pensamiento bolivariano y la acción unitaria, solidaria e integracionista de los presidentes Chávez y Maduro con el manejo de las riquezas de Venezuela, como “material inservible”, para un “Nobel de química” no tiene ningún rigor político. ¡Qué pobreza!

Siempre estoy dispuesto a conceptualizar, obviamente, más allá de posiciones aéreas y simplistas.

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