Perla Boció fusiona su proyecto en redes sociales y su carrera para aportar en la comunidad rizada

Perla Boció es una joven cuya decisión de llevar su pelo al natural y rutinas para cuidarse el afro se convirtieron sin darse cuenta en su proyecto de vida. Hoy es una de las afroinfluencers dominicanas con mayor alcance, conocida en las redes sociales como Afroaguacate.

La razón detrás de esta personal decisión se dio a raíz de que los productos para el pelo lacio le causaban dolor de cabeza, y decidió dejar a un lado el sufrimiento y dar paso a su verdadera esencia. Aunque para ese tiempo, los pasillos de cuidado del pelo en el supermercado no eran ni la sombra de lo que son hoy a nivel de productos para el cabello afro.

“Cuando comencé en este mundo no había marcas rizadas, había dos o tres influencers y eran de fuera, y no sabía qué hacer porque no había herramientas. Inicié mi transición y ni siquiera sabía que eso se llamaba así; ‘transición capilar’, que es cuando te dejas de lacear y dejas crecer el cabello natural. Quería dejar los químicos alisadores porque me daban una migraña fatal, lo dejé por eso, era un proceso muy doloroso para mí. Empecé a hacerme trenzas, me recorté yo misma y empecé a enamorarme y a cuidar mi cabello”, explicó en una entrevista para elCaribe.

La manera en que acondicionaba su pelo despertó en otros que tenían la misma textura la curiosidad de saber cómo lo hacía, y a raíz de esas inquietudes Perla decidió crear canales de difusión donde comenzó a compartir lo que ella sabía y lo que iba aprendiendo en el proceso. “En la universidad me preguntaban mucho que cómo cuidaba mi cabello, porque para ese tiempo no había casi nadie que hablara sobre ello, ni había productos. La gente se encontraba raro que yo tenía mi cabello rizado y muy bonito. Eso me llevó a crear mis cuentas en YouTube, Facebook e Instagram, como ‘Afroaguacate’, y gracias a mis compañeros en la universidad que me motivaron a hacerlo porque me preguntaban mucho”.

En la universidad, la joven sanjuanera, que tuvo que mudarse a Santo Domingo por razones de estudios, estaba cursando la carrera de psicología que no tardó en fusionar con su proyecto, el cual iba cada vez más en crecimiento y ya no sólo se limitaba a crear contenido y dar consejos sobre el cuidado del cabello, sino que también usaba sus conocimientos profesionales para ayudar a otros en materia de amor propio y temas legales.

“Los términos autoestima, amor propio, autocuidado, son términos psicológicos y se asocian a la discriminación que existe en RD. Cuando una chica me dice ‘afroaguacate mi familia no acepta mi cabello rizado’ o ‘en el trabajo me discriminan por el cabello’ paso a trabajar lo psicológico con ellas y les enseño que su cabello no tiene nada de malo, que nacieron con él y que eso es discriminación”.

Las orienta para que se apoyen en el artículo 39, sobre el derecho a la igualdad y el artículo 42 sobre el derecho que tiene cada persona a que se les respete su integridad, contemplados en la carta magna. Este tema nunca queda fuera de su taller “Cabello y amor propio” que este año va rumbo a su séptima edición.

“Por eso trato de fusionar la psicología con lo que es el cabello a través de mi proyecto. Es muy chulo ver que desde mi profesión puedo aportar. No sólo trabajamos con el cabello, sino también con esas emociones de las chicas, que desean dar el paso y no tienen esa confianza o que ya dieron el paso y quieren echarse para atrás”.

Comenta que confirmar que sus informaciones son útiles y realmente aportan, es su parte favorita del proyecto. “Cuando las chicas me escriben que les pude ayudar a recuperar su cabello, a que su gran corte fuera más llevadero o me dicen ‘por ti me dejé el cabello rizado, porque me motivaste y no tengo el apoyo de familia y amigos pero al verte a ti, pensé que también puedo hacerlo’, esas son cosas que a uno lo motivan, cuando sabes que estás aportando a que las chicas se amen más y amen su cabello”.

Afroaguacate empezó este trayecto en 2015.

Avances en RD

En temas de discriminación, Perla considera que República Dominicana ha avanzado y se puede percibir en la presencia de chicas rizadas en empresas y en las escuelas. “Estoy feliz al ver lo que hemos avanzado. Antes ibas a un banco y era difícil ver a una cajera con afro o en oficinas gubernamentales y ahora veo muchas rizadas. Cuando una rizada ve a otra nos miramos cómo con aprobación, como ¡Wow somos rizadas y estamos aquí! y está bien que las empresas entiendan que sus capacidades no dependen de su cabello; eso me hace feliz, no ha cambiado del todo, pero hemos avanzado. Ver también que las escuelas acepten a las niñas me hace feliz”.

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