Los principales partidos políticos han vociferado que ganarán en primera vuelta, pero los hechos demuestran que las actuales condiciones obstaculizan que en mayo se defina totalmente la elección del próximo presidente de la República.

Por una parte, el gobierno de Luis Abinader se presenta como el seguro ganador en mayo de 2024 y lo reafirma mediante la divulgación de encuestas y propagandas triunfalistas. Sin embargo, la cuestión de la frontera dominico-haitiana se ha convertido en una especie de bumerán, pues no valió el despliegue militar, el cierre de frontera ni el ultimátum para detener la derivación del río Masacre; así que, por el contrario, ahora los haitianos están unidos (bandas criminales y gobierno) en una sola idea: terminar la derivación del canal.

Y no solo eso, ahora son ellos los que desean mantener la frontera cerrada. En pocas palabras, ahora son los haitianos quienes se la están dando. Mientras que el actual gobierno se precipitó al firmar un pacto sobre las políticas hacia Haití sin los principales partidos de la oposición, lo que hizo que aquello pareciera una reunión de aliados. Ni hablar de los productores quebrados en la frontera…

En el caso del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) y la Fuerza del Pueblo (FP), las inconsistencias respecto a la Alianza Rescate RD mantienen en vilo a sus respectivas militancias, lo que se traduce en inseguridad y desesperanza de cara al futuro. Pues la percepción de que un partido se come al otro resulta ser la pesadilla de Danilo Medina y Leonel Fernández.

Esto incide en la candidatura de Abel Martínez, cuya figura es el objetivo del oficialismo al querer minimizarlo con la brocha de la percepción mediática, que lo coloca en un lejano tercer lugar, sin tener en cuenta estructuras partidarias.

Bajo este escenario resulta difícil que haya una conclusión en mayo de 2024.

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