La compra y venta de ropa usada, mejor conocida como de ropa de paca, ha sido por años una costumbre entre las familias dominicanas. Esto tanto por sus asequibles precios como por la oportunidad para el emprendimiento.

El popular nombre de “pacas” surgió en la República Dominicana por las envoltura selladas en las que son importadas, las cuales provienen principalmente de los Estados Unidos y Europa.

Convencidas de que encontrarán las vestimentas ideales para cualquier ocasión, decenas de personas visitan a diario los lugares de venta de ropa de segunda mano, y son las mujeres las que integran la cartera de clientes que adquieren este tipo de prendas.

Así se visualiza en La Pulguita de la Plaza Nevier, ubicada en la avenida Hermanas Mirabal casi esquina Charles de Gaulle, donde los clientes se adentran desde tempranas horas en los estrechos pasillos de piso rústico con poca iluminación del lugar. Allí empiezan a “rebuscar” la ropa que han de adquirir de entre las miles de piezas amontonadas en las mesas y colgadas en las perchas.

Algunos solo entran a curiosear la variedad de zapatos, carteras, correas, gorras, trajes de baño y ropa íntima que también son comercializadas en este espacio.

“Esto es lo mejor que hay, porque cuando uno compra en las tiendas (de ropa nueva), les das una lavada y se ponen feas, pero comprar de esta ropa es de lo mejor, son de marca y son buenas”, expresa a elCaribe Ángela Rosario mientras observaba uno por uno los pantalones jeans para comprar el de su gusto y medida.

Opción económica y de calidad

Además de resaltar la durabilidad de las prendas que ya tienen un historial de uso, otra motivación de los consumidores de ropa de paca es la opción de conseguir vestimentas de toda clase a un precio notablemente “más barato” que en las tiendas de ropa nueva o marcas exclusivas.

Tal es el caso de una pareja de esposos que se hacen acompañar de su pequeño hijo y a quienes no les incomoda recorrer varios de los puestos en La Pulguita para comparar precios y calidad de las de prensas deportivas para iniciar su rutina en el gimnasio. Luego de casi hora y media de búsqueda, consiguieron cinco pantalones deportivos por un total de RD$1,000.

“Uno busca la economía. Un pantalón de esos deportivos nuevos te vale mil quinientos pesos y aquí lo conseguimos en doscientos, es decir, ahorras y eso es lo que uno quiere”, dijo la pareja que prefirió permanecer en el anonimato.

“Yo comencé a ir al gimnasio con mi hijo y vine por unas licras de buena calidad. Vengo poco porque aquí hay que venir con tiempo para rebuscar”, indicó otra clienta que examinaba minuciosamente la parte íntima y costuras de las cinco licras que compró por el módico costo de RD$180 pesos cada una.

Negocio inestable

Los pantalones jeans, la ropa deportiva, blusas para mujeres, vestidos y ropa de niñas y niños, son los artículos que más compran los clientes de la plaza, según expresan los comerciantes. Sin embargo, señalan que su flujo de ventas varia constantemente por los cambios de temporadas.

“Para esta fecha se vende muy poco y a veces nada. Estos primeros meses son lentos porque la gente ya vino en diciembre que es cuando más compran.”, apunta la vendedora Carmen.

Otro factor que hace inestable las ganancias de la venta individual de la ropa de segunda mano, es el desconocimiento de la cantidad o condición específica de las piezas que vienen en el interior de la paca, ya que estas se compran selladas y se pagan por su peso en libras.

Una vez abiertas, se empiezan a seleccionar las ropas que estén lo más adecuadas posible para la venta y se fijan los precios de las piezas de acuerdo con su calidad y la paca en la que fueron encontradas. Las prendas en malas condiciones normalmente son desechadas.

Existen pacas de ropa premium, que contienen en promedio unas 300 prendas de vestir con menos uso y mejores condiciones. Estas pueden costar unos RD$30,000. Otras bajo la categoría de paca superior o intermedia, regular o sencilla, son de menor precio. Su costo mínimo ronda los RD$7,000.

“Este negocio es a suerte o verdad que lo tenemos. A veces uno compra una paca carísima y le sale malísima. Yo misma he comprado pacas de treinta mil pesos y como quiera he tenido que sacarles muchos desperdicios y botar esa mercancía.”, afirma Miguena, quien tiene más de 15 años en el negocio de la ropa de paca para niños.

Expansión

En los últimos años la comercialización de ropa de paca no solo se ha mantenido entre los sectores populares de la República Dominicana. También ha logrado expandirse en plazas comerciales de la ciudad.

Esta evolución permite que personas con mayor poder adquisitivo también hagan uso de este tipo de prendas de segunda mano, que adquieren en un escenario diferente al anteriormente descrito. “Tratamos de darle ese auge para que las personas no vean esta ropa como un tipo de desecho si no que traten de sacarle el mayor provecho posible”, especifica Ander García, subgerente de Remix, tienda especializada en la venta de ropa de segunda mano seleccionada, bajo un concepto sostenible.

En el local de la tienda ubicada en el primer nivel de Plaza Central, de la Avenida 27 de Febrero esquina Avenida Winston Churchill, la ropa se organiza con un esquema basado en tiempo, modelo y precio. Esta se coloca en perchas luego de un proceso de depuración en los almacenes, donde seleccionan las prendas de mejor calidad.

García señala que la mayoría de los clientes de la tienda son personas jóvenes, regularmente mujeres, “que es a las que más les gusta bucear entre las piezas”.

“La mayoría de nuestros clientes hacen su sondeo en la plaza, comparan precios con tiendas que tienen piezas nuevas y cuando pasan por acá se encuentran con menores costos y se vuelve una explosión”, manifiesta García al momento de expresar que por este motivo no es significativa la baja en sus ventas en esta temporada.

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