Guillermo Moreno tiene la ventaja de contar con el apoyo del partido favorito para ganar las elecciones. Pero es evidente que la plana mayor del PRM ha tenido que emplearse a fondo para que el partido asimile lo que podría calificarse como un cuerpo que le era extraño y que sustituyó a una mujer muy bien valorada en la capital. De paso, Moreno ha tenido que ponerse la chaqueta de oficialista en la que todavía no luce cómodo. Y todo ello ha sobredimensionado a Omar Fernández, que además ha podido demostrar que la juventud no es aquí una limitante. Aunque pierda, podrá darse por satisfecho.

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