En la recta final de la campaña para las elecciones municipales, los partidos y coaliciones hacen sus últimos esfuerzos para competir con éxito en unos comicios que tienen una importancia real, por la significativa cuota de poder que está en juego, y una importancia adicional, más bien simbólica, debido a que servirá de antesala al combate de mayo, donde las fuerzas políticas lucharán por el control del Congreso Nacional y se disputarán además lo que constituye la máxima expresión de poder en este país, que es la presidencia de la República.

En la cuesta, sin encuestas

En este tramo hay algo parecido a un punto ciego, porque no se han publicado encuestas y ya casi vence el plazo para hacerlo. Hasta hace poco abundaban los resultados de encuestas y “encuestas”, aunque los números que circulaban estaban referidos principalmente a las elecciones presidenciales, pero ahora ni eso. Y las compañías encuestadoras normalmente no miden preferencias a nivel local. Lo más cercano a un vaticinio lo hizo la firma StatuQuo, con un sondeo publicado en la publicación mensual Panorama, y que abarcó diez demarcaciones. Ante la escasez de numeritos, tanto oficialistas como opositores hacen sus vaticinios, muchos de ellos tan osados como inverosímiles.

Posibles sorpresas

Las sorpresas no se esperan nunca, porque si fuera así, no fueran sorpresas, pero en este tramo final pueden ocurrir algunos hechos que incidan en los resultados. En la oposición se espera una ampliación de la alianza, aunque en el caso de las elecciones municipales, eso implicaría la renuncia de candidatos. Hay una demarcación, una de las principales, donde desde el principio se tiene la expectativa de que uno de los candidatos se retire para hacer posible el acuerdo, a fin de enfrentar al candidato oficialista, pero las posibilidades parecen alejarse a medida que el candidato que aparenta más débil luce más sólido en lo que respecta al apoyo de su partido y su líder.

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