En verdad, conociendo nuestra cultura política, no era para sorprenderse que el Partido de la Liberación Dominicana y Fuerza del Pueblo no llegaran a un acuerdo para ir aliados a las elecciones de mayo, a nivel presidencial. No había forma; para eso tenía que ceder uno de los dos candidatos, Abel Martínez o Leonel Fernández. Uno de los dos tenía que deponer su ego y sacrificarse. Era una pugna de egos sin solución y bueno, ellos sabrán, ¿van o no a un “matadero electoral”? Entretanto, las repetidas extensiones de plazo que ha tenido que dar la Junta Central Electoral a los partidos son la comidilla ahora. ¡Cuánta desorganización e indisciplina en esas formaciones!

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