En los Estados Unidos el caricaturista es considerado como un periodista. En Santo Domingo se destacan más, y son más admirados

Oliphant y MacNelly son la máxima expresión del “cartoon” de los Estados Unidos.

Nosotros, que hemos tenido a ese país como modelo de democracia y de libertad, a pesar del 16 y el 65, copiamos e intentamos cada vez más ser como ellos. ¿Qué imitamos y qué no? Para muchos campesinos es un orgullo volver de allá convertido en “americano”, macando chicle a diestra y siniestra y más que un camello o, como lo describe Piero en su canción de los años 60. Allá respetan sus leyes y aquí las violan todas, desde una simple botella que se arroja en cualquier cuneta. Se pasean con sus bocinotas que truenan. Y eso no tiene nada que ver con “Libertad de expresión”… “comprando todo lo que sea viejo”…
En Oliphant, es haber podido publicar una caricatura de Condoleeza Rice. ¿Se acuerdan de aquella asesora de Bush Jr.? Oliphant la dibujó con látigo en la mano y diciendo: “Aquí no hay tortura”. Eso fue cuando la invasión a Irak y cuando se declaró su legalización en la cárcel de Abud Ghraib y Guantánamo. Era una caricatura que “chocaba”, pero solo a los republicanos. Y la cosa no quedó ahí. Dibujó a Bush con una cotorra en su brazo izquierdo con cara de la misma Condoleeza.

La “libertad de expresión” de ese entonces era poder desnudar a los presidentes igual a aquel rey que la literatura vistió con traje transparente, pero él no lo sabía.

Para Oliphant, un circo y el mundo de la política es lo mismo y ningún candidato se ofendió por ello cuando apareció como su payaso del día. Los franceses tampoco se ofendieron cuando caricaturizaron a Mahoma como un terrorista. Esa estupidez del irrespeto a los valores culturales ajenos, les costó caro,
A Bienvenido Gimbernard no lo llevaron a La Fortaleza Ozama por hacerle una caricatura a Chicho Vicini con más diente que un órgano de iglesia bizantina.

Nixon fue dibujado como un chivo y colocado en la portada de la revista TIME lo que el propio presidente celebró y agregó a su colección, que ya era bastante abultada, incluyendo las de Al Hirlshfeld y las de los jodones de la revista MAD.

La “Libertad de Expresión” es poder dibujar a todos los políticos y generales en calzoncillo desde Jorge Blanco a su general Hermida y recibir una llamada de este para felicitarte. Eso es libertad y civilización. ¡Avanza Recula !¿No me digas que el burro se llama Recula? por eso se puso loco.

La gente civilizada y sin complejo sabe que su carrocería no fue elaborada en los talleres de la BMW ni de las Mercedes y cuando se ven en una caricatura son los primeros en reírse. Allí no son especialistas en narices frononó, ni bembes, ni cacuses, orejuses, ojos saltones… en las mesas de los caricaturistas sí.

Ho Chi Ming por Oliphant, Condoleezza Rice por Oliphant y Pat oliphant.

La primera caricatura a un director de periódico que vi la hizo Teté Marella a don Rafael Herrera en una exposición de 1975 en Casa de Teatro junto a la de Peña, Casandra Damirón, Elsa Núñez, entre otros. La segunda a Osvaldo Santana por mí. La tercera a un propietario de periódico que la compró sin poner pero y me invitó a almorzar. La cuarta a otro propietario de otro medio que le encantó a pesar de encontrarse “buchú” y declarar “yo sé que tú eres comunista”. “Comunista” es todo aquel que opina diferente y que fue difundido en la Era de Balaguer o cualquier estudiante que protestara por las pésimas condiciones de la Educación, y de ñapa lo balearan.

Arquímedes de la Concha y Príamo Morel se enfrentaron a Lilis y a Trujillo respectivamente. Ambos fueron becados por ellos.

La gran prensa no publicó nunca nada de la lobotomía que le practicaron a Rosemary Kennedy, hermana del presidente. ¿Para no violar la intimidad, o para no “ensuciar” la carrera del padre? Era, evidentemente, una “News” que no “fitaba” para ser impresa, tal y como es el lema de The New York Times.

Pero al final, y uno cuestionándose como un verdadero “abogado del Diablo”, ¿no tendrá que ver tanta libertad en Oliphant, la rivalidad de republicanos y demócratas y sus controles en la prensa?

En el año 1967 Pat Oliphant ganó el premio Putlizer de periodismo por una caricatura a Ho Chi Minh teniendo en sus brazos un soldado muerto como la Pietá de Michelangelo. Eran los fines de la Guerra de Vietnam. Tanto esa caricatura como la foto de Nick Ut de la “niña del napalm”, desnuda y quemada, la ausencia de petróleo, más los líos que armaron los hippies y Lennon, contribuyeron a la retirada de los soldados de aquel país brutalizado y, claro, la cantidad de soldados que regresaban sin sístoles y menos diástoles.

En los Estados Unidos, el caricaturista es considerado como un periodista. En Santo Domingo se destacan más, y son más admirados, los que publican noticias de sucesos de sangre y chismes palaciegos que alaban a los políticos en el poder por lo que los premian.

Una regla, no escrita, era la de no publicar “fotos con mueca”, o sea cuando alguien, en la secuencia fotográfica, hace un gesto. El director seleccionaba una que no denigrara al “conferencista”. Pero empezó a romperse cuando la política incurrió en los medios. El Nuevo Diario, cuando Persio todavía era el contable, publicó en portada, un fotomontaje de Pedrito Guzmán pa’ joder a Bosch, adversario de Jorge Blanco.

Sí, es violar el derecho de intimidad publicar fotos de muertos, desfigurados, en ataúdes, en hospitales, etc. que no es lo mismo que publicar las 14 fincas de un general que antedeayei era un simple raso y nunca ha jugado la lotería.

Por más “ranking” que un periódico gane, nunca debe publicar el ahorcamiento de ningún jefe de Estado, llámese Saddan Hussein, o Mussolini. Tampoco el linchamiento de Kadhafi, el achicharramiento de un preso en la silla eléctrica, que de hecho no debería existir en el planeta.

Tampoco que ningún museo muestre la foto de nadie en su lecho de muerte, aunque haya sido un criminal o un dictador. Todo ello alimenta el morbo que a la larga perjudica a cualquier sociedad. Pero total, si todavía existe la “Lucha Libre” de bocones y profesores eméritos de violencia… y la chorrera de analfabetos enganchaos a youtuber o periodistas “on line” como chivos sin ley, embruteciendo a trocha y mocha a un pueblo requetelleno de burricidad universitaria.

Dibujar a Mahoma como terrorista y no a los violadores de niños de la “Legión de Honor” en Argelia, es practicar la “Libertad de Expresión” con selectividad, conveniencia política y alevosía.

En fin, que la “Libertad de Expresión” sería poder publicar todas las filtraciones que Julian Assange y Snowden descubrieron, hechos documentados, sin que se les condene, dizque en aras de guardar “unos secretos de Estado”, que no son más que una hipocresía para eliminar las pruebas que los acusan por crimen a la humanidad.

El periodismo no es literatura que puede decir todo basándose en la imaginación y el ingenio. En periodismo, todo lo que se dice, debe tener una base de sustento, hechos que sirvan de soporte a lo escrito y no basado en caprichos ni venta. Esa es la verdad.

Cuando un medio publica vainas sin sustento, aunque sea de las agencias, se constituye en un fabricante de “fake news”, pa’ decirlo en lenguaje no análogo.

Las caricaturas de Oliphant no serían publicadas en Israel cuando él muestró el maltrato y el ghetto al que han sido confinados los palestinos. Todo harto documentado… mucho menos la masacre y genocidio, que no guerra, en Gaza hoy día.

Dick cheney por Oliphant y OllieW.

La caricatura resume, en tono irónico o humorístico, la cotidianidad. Llama a la reflexión de manera graciosa sobre las noticias tratadas por otro lado de manera seria y rígida o rigurosa. Su poder no reside, como muchos han repetido, de que es la fuerza de la imagen. Es más bien la fuerza de la inteligencia, la imaginación y la cultura de la humanidad. Por eso el Dr. Fadul, trujillista confeso, reacciona con tanto salvajismo verbal, cuando se ve defendiendo a Ramfis, el nieto (en una caricatura nuestra), que pretende volver a imponer el odioso régimen del abuelo.

Oliphant, con más de 60 años de ejercicio, ha demostrado todo lo anterior expuesto y se ha enfrentado más de una vez contra quienes han querido manipularlo. Se puede decir que, a pesar de todos los límites, él ha sobrepasado todo intento de callarlo.

Se suma Oliphant a los caricaturistas que tuvieron que salir a milla del Chile de Pinochet, como Palomo y todos aquellos cuyas caricaturas no “encajan” para ser impresas en un medio que les fue hostil o que es adulón de alguna sombra que le paga.

Galardón
En 1967 Pat Oliphant ganó el premio Pulitzer de periodismo por una caricatura de Ho Chi Minh que tenía en sus brazos un soldado muerto”.

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