Las escuelas de psicología, tanto en la mención clínica como en la organizacional, otorgan una importancia especial a la asignatura definida como “dinámica de grupos”. La ciencia de la conducta es respetuosa de la condición gregaria que acompaña a la humanidad desde la Edad de Piedra hasta la presente era digital. Aristóteles es reconocido como el primero en describir al hombre como “un animal social”. Preferir no agruparse se diagnostica como una patología conocida como “fobia social”. Hoy los grupos presenciales que se congregaban en iglesias, clubes, partidos y logias se han trasladado al Whatsapp, al que recurren hasta las familias para mantener la comunicación.

En los grupos de Whatsapp, muy frecuentes entre escritores y periodistas, se crean subgrupos, como se contempló en los criterios presenciales de la piscología. Son observables porque suelen tener sus líderes internos, hasta el punto de que en una colectividad virtual compuesta por cien personas, pueden coexistir veinte células de cinco, que interactúan de manera independiente. Solo las opiniones de los integrantes de esos subgrupos tienen valor.

Quienes no pertenecen a un subgrupo en la sociedad del Whatsapp terminan excluyéndose a saliendo de la misma. Una de las características de la mayoría de los grupos es que son monotemáticos. Para tratar asuntos puntuales con objetivos comunes. Nunca falta quien se salga del tema, pero es ahí cuando se descubre la falta de democracia y equidad, porque el desliz se condena o celebra dependiendo del que lo cometa. No es lo mismo que lo haga el rico empresario a que se trate de un empleado de quinta categoría.

Cada vez más personas se retiran de los grupos de Whatsapp, tan pronto descubren prácticas discriminatorias, marcadas por las cofradías y los compadreos, más allá de la valoración de los planteamientos. Los vicios sociales de las relaciones presenciales y convencionales se han trasladado a las virtuales en grado superlativo. Las diferencias económicas y políticas, con sus cargas de prejuicios, están presentes en los grupos, donde los subgrupos se imponen a la mayoría.

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