El filme relata una historia de sobrevivencia. En 1972, el vuelo 571 de la Fuerza Aérea Uruguaya, fletado para llevar a un equipo de rugby a Chile, se estrella en un glaciar en la cordillera de los Andes, a 3500 metros de altitud. De 45 pasajeros sobreviven algunos de inmediato en la caída y luego van muriendo otros a consecuencia de diferentes motivos, principalmente al estar atrapados en uno de los entornos más inaccesibles y hostiles del planeta, viéndose obligados a recurrir al canibalismo para mantenerse con vida. En la primera mitad del filme surge la disputa de si deben o no comer porciones del cuerpo de los fallecidos: -“¿Y yo no tengo derecho a hacer todo lo que pueda para poder vivir?” Dice uno de ellos ante la negativa de algunos a proceder por una cuestión de moral religiosa. Ante las circunstancias, la posición que se va tomando es de resistencia a morir de inanición por lo que gana esa idea de actuar y comerse a los demás hasta los huesos. Obviamente, nos enteramos de que los sobrevivientes son deportistas y con edades no mayores de 25 años, con fuerza, salud y ganas de vivir, por lo que salvarse no fue un milagro, como lo dice uno de ellos… (El accidente ocurre en primavera, en el hemisferio sur, las estaciones se invierten: la primavera comienza en septiembre). Cuando se enteran de que se ha suspendido su búsqueda es que surge lo dominante de la narrativa, y es cuando vemos que el título no podía ser mejor pues habla de sociedad y habla de la inclemencia del tiempo y de las circunstancias. La fuerza del filme radica precisamente en montar una excelente fábula que se va pareciendo mucho a la realidad objetiva de los hechos. Logra llevarnos a una inmersión puesto que como ficción –como arte cinematográfico– se convierte en un instrumento que muestra la importancia de la organización de una colectividad: se organizan y actúan en coordinación para un objetivo estratégico. Por su significado de vida, el filme conquista trascendencia a partir de ese trágico accidente de avión, y remacha que la sobrevivencia es el común denominador de una sociedad. Y esa y no otra es la respuesta a las calamidades extremas que en el filme las vemos en los efectos del hambre, dolor, quebranto mental. De que hay resultados cuando hay colaboración y humanidad. Que la solidaridad solamente se manifiesta en circunstancias límites. En Netflix como Society of the Snow

HHHHH Género: drama de supervivencia.
Duración: 114 minutos

Posted in Crítica Cine

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