El tiempo para que el arroz de Estados Unidos entre a República Dominicana libre de arancel sigue achicándose, y en esa misma medida las preocupaciones de los productores locales aumentan.

No es una preocupación nueva; lleva muchos años y con justa razón: Temen que se produzca un fuerte impacto en su contra cuando el espacio (las aduanas) queden abiertas a la importación de ese cereal sin pago de aranceles.

El desmonte de esos aranceles está cerca; se producirá en el año 2025, un año que parecería que nunca llegaría, cuando República Dominicana se adhirió al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica (DR-Cafta, por sus siglas en inglés).

Ayer, la Unión Arrocera Dominicana (UAD), entidad recién creada que aglutina las instituciones ligadas al ámbito arrocero (productores, factorías y otros), advirtió que ese cereal está en seria amenaza de ser desplazado por las importaciones masivas libres de aranceles, desde el territorio estadounidense, bajo sombrilla del citado acuerdo.

En el caso dominicano, el arroz no es cualquier cosa: Es el producto de mayor consumo en la dieta alimenticia y con implicaciones de tipo político, dada su importancia en el mercado.

El director y vocero de la UAD, Heraldo Suero, dijo que –una vez se eliminen los aranceles- el principal rubro de la canasta básica familiar dependerá de la producción extranjera. “El riesgo es que eso comprometa la soberanía alimentaria, que destruya a ese sector y deje sin sustento a treinta y dos mil productores y ochenta mil empleados directos e indirectos”, advirtió en un encuentro con la prensa.

Calculó que adicionalmente perderán sus puestos de trabajo 300 mil personas que realizan labores en el campo, en 300 agroindustrias y factorías, entre otros negocios que confeccionan insumos, talleres, comedores y de distintas actividades que inciden en la economía local de cada provincia arrocera.

Mientras, Santos Paulino, vicepresidente de la UAD, calculó que el 95 % de los productores de arroz en el territorio dominicano no pasan de 75 o de 100 tareas cada uno, dato que los hace susceptibles a caer frente al poderío que significaría dejarle el paso abierto a EE.UU para que inunde de arroz el mercado.

En 2021 la República Dominicana produjo en 21 provincias más de 14 millones de quintales de arroz, el 95 % del cual estuvo destinado al consumo local y movió una economía de RD$32 mil millones.

La UAD, que integra a instituciones de larga tradición, como es el caso de la Federación Nacional de Productores de Arroz (Fenarroz), a la Asociación de Dueños de Factorías (Adofa) y Parceleros de la Reforma Agraria, entre otros, informó que el tema fue puesto en manos del Gobierno, el cual ha sido muy receptivo frente al justo reclamo del sector arrocero.

“El presidente Luis Abinader se comprometió con la solución para salvaguardar la soberanía alimentaria y designó a la embajadora en Washington, Sonia Guzmán, para liderar los acercamientos bilaterales con los Estados Unidos, lo cual aún se encuentra en una etapa “indefinida”, indica la institución por vía de sus principales directivos.

Heraldo Suero, quien reconoce que el DR-Cafta es un acuerdo que merece respeto, consideró como una necesidad vital para la economía del país la postergación del desmonte de los aranceles hasta que los Estados Unidos desistan de su “farm Bill”, cartera de ayuda y subsidios a sus productores para importar el arroz a un precio mucho más barato, provocando el desplazamiento de este cereal de producción nacional.

Tienen la esperanza de que se logre alternativa

“No pretendemos cambiar el acuerdo. Ese no es el pedido. La petición es que haya un arreglo bilateral. Eso es posible, como se ha hecho con otras naciones”, apuntó Heraldo Suero.

Y agregó: “La gente escucha hablar de esto y piensa que va a comer arroz barato, porque ese arroz va a entrar sin pagar aranceles. Y claro que comerán arroz barato un tiempo, pero luego, además de acabar con la producción local, el arroz será más caro, porque cuando tú tienes un monopolio, que es lo que ocurriría, tú haces lo que se te antoja”.

Puso como ejemplo lo ocurrido en Haití y México, que en los primeros meses de importaciones masivas los precios del arroz se deprimieron, arruinando la producción nacional, y luego de que se logró un monopolio se elevaron a precios inalcanzables para la mayoría de la población.

“Entiendo habrá un acuerdo bilateral; estamos hablando de República Dominicana, cuyo principal socio comercial es Estados Unidos, y a ese socio le interesa preservar la paz social, y la estabilidad de veintiuna provincias y un pueblo que come y tiene garantizada su comida a través de la producción de arroz. Entiendo que habrá un acuerdo bilateral, diplomático, de jefe de Estado a jefe de Estado”, dijo.

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