Satisfacen al pueblo dos noticias importantes de los procesos anticorrupción que libra la Procuraduría General de la República.

Estos procesos se producen por vez primera en toda la historia del país, gracias a la voluntad política del presidente Luis Abinader, como parte de la “ola de renovación que impulsa”, cito a Daniel Pou.

Como estamos viendo, la corrupción administrativa es perpetrada por funcionarios gubernamentales y allegados.

Y esos funcionarios gubernamentales, como ocurría antes, eran los que nombraban jueces y fiscales incondicionales a sus intereses políticos y económicos, que mal iban a amolar cuchillo para las gargantas de sus jefes.

Abinader, que arribó al poder bajo el lema “puedo tener amigos, pero no cómplices”, ha llegado al poder cuando desde hace mucho había que ponerle un stop al robo de los corruptos.

Porque, además del robo del dinero que tanto falta para atender necesidades y soluciones sociales, tenían contaminada hasta el tuétano a la sociedad.

La declaración de culpabilidad de implicados en Antipulpo, que envuelve a personeros del más alto nivel del pasado gobierno y allegados, fortalece la lucha contra la corrupción que desarrollan los procuradores, pues indica que ha lugar, no es por retaliación política, y que en general está siendo llevada de manera efectiva.

Desenmascara también a quienes, para desacreditar la lucha contra la corrupción, propalan día y noche la falsedad de que hay un pacto oculto -y asqueroso, digo- entre el partido de gobierno y los corruptos del pasado, para detener esta lucha.

La otra noticia, que corona el éxito de los procesos, es la decisión de poner en reclusión domiciliaria a Jean Alain Rodríguez, como ha ocurrido con otros, porque al cumplirse así el debido proceso, se fortalece aun más la indagatoria que ha de tener por finalidad que sean condenados todos los culpables.

Esa admisión de culpas es demostración de que en buenas manos está el pandero de la defensa de la sociedad, representada por doña Miriam Germán Brito y Yeni Berenice Reinoso, designadas por el presidente Abinader para que ejercieran un Ministerio Público independiente, únicamente sujeto al predicado de la Constitución y las leyes.

Esas meritorias servidoras públicas y el magistrado Wilson Camacho Peralta, titular de la Procuraduría Especializada Contra la Corrupción Administrativa, han sido objeto de una brutal campaña, que busca dividirlos, descalificarlos y desacreditar todo el proceso que conducen en defensa de la sociedad.

Esa estrategia mediática de acoso y derribo, especialmente contra Yeni Berenice y Wilson Camacho, tiene un nítido espejo:

La terrible campaña amarillista hecha por los famosos tabloides británicos contra el hijo de la princesa Diana, Harry, y su esposa Meghan Markle, faena estupendamente retratada en el documental Harry & Megan, que difunde Netflix y que invito a verlo a quienes no lo hayan hecho.

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