Por las frecuentes filípicas de Yván Lorenzo (PLD-Elías Piña) en las sesiones del Senado, se le tiene como hombre de armas tomar y, tal parece, es del tipo de gente que no baraja pleitos, pero en los últimos días como que está exagerando la nota. Aquí, tres ejemplos: Dice que las vidas de los apresados por el caso Calamar (Gonzalo, Peralta y Donald) corrían peligro en la cárcel del Palacio de Justicia de Ciudad Nueva; llamó con un discurso agresivo dictador a Abinader, y remató afirmando que ni él mismo se sentía seguro en la sede senatorial. No se sabe qué le suma eso a su carrera, o si se trata de poses para posicionar sus aspiraciones a repetir en el cargo, pero desentona por el lenguaje tremendista y catastrófico que usa.

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