La experiencia de eventos como la cumbre Iberoamericana enseña que no debe haber ilusiones ni expectativas con sus conclusiones porque pocas son llevadas a la práctica, principalmente debido a que los participantes no tienen mecanismos prácticos para implementarlas por lo que en lo esencial hay mucha retórica y eufemismo. Pero en esta edición número 28 de la Iberoamericana hay un ingrediente que le da sazón y es la presencia de Ralph Gonsalves, de San Vicente y las Granadinas, el mismo que en la reunión de Celac en La Habana en 2014, Danilo Medina puso en su sitio cuando pretendió acusarnos con el tema haitiano. “No aceptamos que nadie, ni chiquito ni grande, atente contra la soberanía de la República Dominicana”, le increpó Medina, encarnando en ese momento la dignidad nacional.

Posted in Dan de qué hablar

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas